miércoles, 27 de mayo de 2020

Primeras cervecitas post apocalípticas

El martes, segundo día de fase 1 en Madrid, sobre las siete y media sonó mi móvil. No lo tenía registrado y lo contesté con recelo; "¿Hola?" "Hey, (...) ¿qué pasa?"  "¡Pacopepe tío, qué es de ti!?"

Aunque tenemos un grupo de Wasap Luis, Cari, Gema, él y yo, y esta cuarentena nos hemos comunicado esporádicamente por ahí, Pacopepe no ha dicho esta boca es mía salvo una vez al principio que yo le pregunté explícitamente si estaba bien y nos mandó unos vídeos de sus retoños. En fin, que: "...adivina dónde estoy... aquí en Argumosa" "¡No fastidies! Voy en quince minutos!" "Vale, voy a buscar una terraza. He quedado con Floren y El Burgalés" "Guay, pero lo veo un poco chungo, ha abierto una pequeña parte de los bares, y las pocas terrazas que hay están petadas." "Pues mira de camino si te encuentras alguna. Mira la de El Parque de los perros" "Vale, guay. Salgo como en quince o veinte minutos. Nos vemos."

Sobre las 7.50 salí de casa. Pasaba por La Plaza de La Iglesia Rota a las ocho menos cinco, y me paré con la bici para ver cómo iba el tema aplausos por ahí y aplaudir con los vecinos. Al acabar vi que tenía un mensaje de Pacopepe que me decía que iban a buscar terraza por la calle Lavapiés, Cuando me dirigía por Sombrerete para allá me los encontré a los tres de bruces, enmascarillados, como dios manda.

Les saludé con un codo-pollo y les notifiqué que la terraza de Casino no estaba abierta. "Yo digo que podemos tener más éxito si pillamos unas latas y nos vamos al parque. O al césped, o si tenemos suerte, una de las mesas de picnic que han puesto." Hubo quorum. pillamos bebidas en una tienda de Embajadores y nos dirigimos al parque. Yo, ansiosa, me adelanté con la bici para explorar las mesas... ¡¡Aleluya!! ¡una mesa!. Les llamé con un silbido y nos reagrupamos, cada uno en una esquina de la mesa para hacer como si estuviéramos guardando la distancia de seguridad.

No éramos los primeros post-Covid que nos reuníamos en esa mesa; Pacopepe vio esta leyenda sobre ella, de ese mismo día, que leyó en voz alta:



Había un grupo de gente bailando en círculo, con tobilleras de semillas que sonaban al mover los pies, a nuestro lado una pareja jugaba al pinpón en una de las mesas destinadas a ello, las gradas estaban concurridas de gente contenta... todos estábamos de estreno y se respiraba muy buen rollo.




Estuvimos tomándola y haciendo turnos para ir de nuevo a la tienda y pillar otra ronda hasta las once, que los padres tenían que volver a sus familias, y los solteros a nuesras mascotas.

Nueva normalidad... ¡allá vamos!

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