viernes, 26 de septiembre de 2014

Otra vez de vacaciones

Esta semana he empezado el nuevo curso, después de dos meses de vacaciones. Afortunadamente solo he empezado las clases en las empresas; las de la academia las empezaré el miércoles que viene, lo cual significa que tengo un comienzo lento y paulatino. Hoy jueves, de hecho, ya he acabado la semana -en la que he impartido solo ocho horas de clase en cuatro días. Tranquilito

Y me encanta, porque al acabar mi jornada a las cuatro, me he metido en la ducha, y me he dado cuenta de que tenía prácticamente cuatro días por delante sin currar, y de repente me he sentido de nuevo de vacaciones.

Porque estar de vacaciones es un estado mental que tardas en alcanzar al principio. No me refiero al estado en el que estamos viajando, me refiero a estar libre de horarios, de obligaciones... en mi caso, hasta libre de acontecimientos "estruendosos", solo tranquilidad y paz y sosiego y holganza aparente. En casa.


miércoles, 24 de septiembre de 2014

Un tema, dos versiones

Acabo de toparme con esto en Tumblr! Me parto; es lo mismo que conté yo en mi post psyco-dye en Abril! Me hace gracia que otra persona lo viviera como yo y decidiera que eso merecía ser compartido en las redes.


sábado, 20 de septiembre de 2014

Costuritas de fin de verano

Con frecuencia me compro ropa de segunda mano en El Rastro o en el mercadillo de los sábados de la plaza. Como las prendas suelen costar uno o dos euros, me la juego sin dudarlo mucho cuando veo algo "con potencial", aunque no esté segura, y así he llegado a comprar cosas muy chulas, y que gasto con mucho gusto.

Pero a veces no atino del todo. Es el caso de esta camiseta; me gustó el dibujo, rollo art nouveau, y del resto no estaba del todo segura, pero me la jugué. Al probarmela en casa ví que el color no me sentaba nada bien, y la hechura tampoco -pero el dibujo me seguía gustando. 
Esta semana, última de mis vacaciones de verano (snif), he estado muy activa. Después de pasar la primera quincena de septiembre como una heremita urbana, disfrutando mi soledad y mi holganza a partes iguales, me ha cambiado el chip el solito, y además de quedar con amigos varios días (uno al día, no me dé algo), me he puesto a hacer muchos de esos arreglos que con frecuencia tengo pendientes en la cabeza; una de esas cosas ha sido la camiseta en cuestión, que he acabado convirtiéndo en una funda de cojín, con su cremallera y todo, que hay nivel.



Y mientras le daba al pedal de la máquina de coser, me puse algo de musiquita en el tocadiscos, para justificar no deshacerme de él (me resisto porque es una reliquia familiar). Empecé con Morrisey, por la "nostalgia por los caídos", supongo, y luego pasé a Black (de quien solo aguanté dos o tres canciones porque el tío es un llorón), Fairground attraction, ... mi selección de vinilos tampoco es muy extensa.

Con su monedita encima del brazo para que no se acelere.


Y he aquí el resultado final de esta aventura costurera; cojín art nouveau, altamente satisfactorio. Además la tela es muy agradable.


Y ya que había sacado la máquina de coser, decidí  tunear otra camiseta. O hacer un injerto de una en otra, o una engañifa... En este caso partía de una camiseta que me encontré en la calle; en mi barrio con mucha frecuencia dejan bolsas de ropa abiertas para que la coja quien guste. Y si yo veo algo de mi agrado, pues mira, el prejuicio ese absurdo que me impediría cojerlo lo perdí hace tiempo y ahora "desbasurizar" es mi motto. Encima la camiseta es de mi año -estaba ahí para mi. El problema es que es un poco demasiado gordita para el verano, y no acabo poniéndomela mucho.


La camiseta rosa palo de mangas de la foto tiene también una historia "de las mías" pero me la ahorro. Y la tela mola, es muy finita y vaporosa, pero es que es muy corta, por encima del ombligo... y no. 


Así que con el cuerpo de una, y las mangas y el faldón de la otra, me he hecho una Sheldon-camiseta, que está mucho más bonita cuando yo estoy dentro. Aunque esos puños... en fin, pensaré que así luce más vintage.

miércoles, 10 de septiembre de 2014

Grey, el ruso azul.

Antes de irme de vacaciones dejé a Uri en otra casa de acogida, en espera de que le recogiera su nueva familia el día 19. Y a la vuelta de mis periplos, a primeros de septiembre, llegó Grey, el último de la "operación gatitos verano '14". Hoy se ha ido con su nueva familia.


Grey es un gatito de tres meses muy afortunado, porque nació mezcla con ruso azul, un color que es muy popular y demandado entre los humanos, al parecer. La verdad es que es precioso. Y digo que es afortunado porque su hermanito Tirillas, que es negro, ni siquiera optó a una familia adoptiva; en la asociación ya tenían muchos gatos negros, algunos más chiquititos, y por lo visto es muy difícil colocarlos. Aunque Tirillas en concreto va a estar estupendamente con Laura, que vive en una especie de "venta" en Toledo -mogollón de espacio y otros cuatro congéneres.

Grey es  muy tímido al principio; se esconde debajo del sofá en cuanto hay alguien que no conoce. Aunque conmigo el primer día -ya de noche, eso sí- ya estaba panza arriba pidiendo masaje. 


Le encanta que le soben la tripita, y con el pelito tan suave que tiene, no cuesta mucho satisfacerle. Cuando se cansa del sobe en la panza mete la cabeza debajo de la mano y empuja como diciendo:"fuera de ahí, ahora aquí" -y sigue su ronroneo mientras le rasco la cabecilla, el cuello... Me encanta cómo se estira, tirado en el sofá; los bracitos para arriba y las piernas muy estiradas para abajo; parece un niño!


Como es tan timidillo y tan suave de formas, la convivencia con Flecha ha sido muy pacífica y armónica. La miraba con curiosidad, la seguía en la distancia... pero podíamos compartir sofá los tres sin que la molestara -lo cual no es habitual con los gatitos.


Pero me da pena a veces pensar que el pobre venía de un espacio muy grande, con otros cinco gatos, uno de ellos su hermanito, y seguro que el cambio no fue a mejor para él. A veces maullaba como pidiendo algo, y no paraba hasta que yo le cogía y le sobaba. Quizás en realidad echaba de menos su familia gatuna y donde estaba antes, y el sobe le distraía de eso. 


Para ser un gatito no jugaba mucho; era difícil que jugara un rato seguido, tenía que azuzarle. Le tiraba bolitas de papel, o ratoncitos de juguete, y jugaba un rato pero en seguida paraba. Lo mismo con otros cachivaches con los que otros gatitos se vuelven locos. Le pregunté a Laura y me dijo que en su casa jugaban muchísimo su hermanito Tirillas y él.  


Yo le veía que estaba aburrido, poco activo en general, como melancólico el pobre. Los únicos momentos en los que le veía que él estaba en la gloria más absoluta era cuando le estaba sobando, pero el resto del tiempo para él era todo un poco "meh". Ni siquiera comía muy bien -a lo mejor también extrañaba su comida.


Pero volvamos a lo de que es un gatito afortunado. Por eso de que es azul ruso y Carmen anticipaba que iba a ser muy solicitado, puso de condición para la adopción que hubiera otro gato en la casa, y que tuviera un espacio exterior para salir. Porque Grey lo vale. En una semana ya tenía un adoptante, que entre los tres interesados, era el más idóneo.

Hoy han venido a adoptarle Yaiza y su chico, una pareja jóven maravillosa que ya tiene otro gatito mezcla siamés de un año, Titán. Según sus dueños Titán es un happy de la vida, que hasta se lleva bien con las tortugas. Y tienen un patio grande al que podrá salir.


Ya me han mandado fotos de Grey con Titán; por lo visto el encuentro no podía haber ido mejor y un par de horas después de la presentación estaban los dos felices jugando juntos, corriendo de arriba a abajo. ¡Qué alegría más grande! ¡Eso era lo que le faltaba al pobre Grey! Ahora podrá disfrutar de sus andanzas con su nuevo amiguito gatuno para siempre.

martes, 9 de septiembre de 2014

Se me va la pinza

Con eso de que voy por la calle recogiendo las pinzas que me encuentro, el cestillo está a rebosar, así que decidí pasarlas revista, a ver si había alguna deteriorada y prescindir de sus servicios. 


Pensé que si tenía un grupo de muchas iguales podía colárselas a alguien, pero cada una es de su padre y de su madre. Entonces empecé a separarlas por colores, y una vez en grupos, empecé a ponerlas en degradé... y ya me lié; es lo que hace tener tanto tiempo en las manos -una maravilla, oiga. Porque nunca se sabe lo que va a salir, pero muchas veces el resultado mola, y sobre todo; el proceso es entretenidísimo. 







Porque no es solo clasificar las pinzas, colocarlas... sino también hacer las fotos. Subirme a una banqueta para esa toma cenital...



También implica a veces poder jugar con los cachivaches de la cámara que nunca uso; esta última foto está hecha con un objetivo de ojo de pez, Y si ya me meto después con filtros, no paro... Como por ejemplo este pequeño trabajillo de post-producción:

Tampoco es que me fascine el resultado, pero el caso es jugar, explorimentar.


El pobre Grey que estaba sobando en el "mirador de verano" se vio de repente suspendido en el aire, cojín y todo, para aparecer en el medio de un círculo de pinzas. De ahí su cara de: "¿Por qué haces esto?"



Luego empezó a liarla con las pinzas -aunque parece que está tocando el piano- y hasta le hice un muy breve vídeo cuando decidió pirarse de aquel altar multicolor, rallado de verme ahí apuntándole con la cámara.


Y todo esto, señoras y señores, con una cesta de pinzas de la ropa y una cámara de fotos. Toda la mañanita entretenida. Y la tarde para componer el post. Las vacaciones de verano... lo mejor.