martes, 25 de agosto de 2015

Joyas fósiles

Creo que los hombres de mi familia no son tan fans de "ir a fósiles" como lo somos las mujeres cuando vamos a Villager; yo creo que tiene que ver con que nosotras seamos "recolectoras"; eso de rebuscar y hallar satisface un instinto primitivo nuestro. Este año con eso de que estaba Noelia, para quien la actividad era una novedad apetecible, Dani se animó y nos fuimos a hurgar en "la cantera".  


Esos "palos" en la ladera son tubos protegiendo arbolitos, para reforestar la cantera.
La técnica es sencilla; coger bloques de pizarra y abrirlos en lajas contra una piedra, esperando que haya algo entre medias. Lo que más se encuentra suelen ser helechos, aunque también hay troncos o anularias (unas flores del carbonífero). Hay bastantes, pero no es frecuente conseguir una pieza entera, por lo que al final acabas deshechando trocitos y llevándote lo más chulo; este ha sido mi tesoro esta vez:


Lo cierto es que lo que más me mola mí es rebuscar, porque luego no sé muy bien qué hacer con los fósiles; a veces regalo algunos, alguno lo exhibo en alguna estantería del salón... pero este año se me ha ocurrido una nueva idea, ¡joyería fósil!

Empecé en el corral, dándole forma redondeada a un fósil en plan primitivo, frotándolo contra las "chábanas" del suelo (aquí en Madrid me he hecho con una lima), y luego me acordé de un sistema de engarzado con hilo encerado que vi por internet, y como soy tan magnífica, aunque no lo había hecho nunca recordé cómo iba y lo hice con hilo de bordar que era lo que había. Aunque me moló el resultado, una vez en Madrid compré el hilo adecuado, ¡y mucho mejor! ¡dónde va a parar!


He aquí los primeros resultados:



Chulos, ¿eh? ¡Te los vendo! Están baratitos...

lunes, 24 de agosto de 2015

Mi fábrica cambia de nombre

Confesaré que el nombre de este blog, Fábrica de nostalgias, nunca llegó a satisfacerme del todo. Me gustaba el significado y de dónde venía,  y aunque desde el principio me di cuenta de que sonaba un poco "cursi" y no resutaba demasiado atractivo para todos los públicos, en ese momento pensé que como este nuevo blog iba a ser "para mí", daba igual.

Pero en realidad no daba. Seguí pensando en nombres. 

El otro día en una charla con Pacopepe por skype, me confesó que no le gustaba nada que hubiera cerrado Cotidianas, mi blog anterior, y hubiera abierto uno nuevo. Como imaginé que el nombre sería una de las cosas que no le gustaran de Fábrica, le comenté que estaba pensando en cambiárselo por "Hazañas cotidianas", que fue de hecho una entrada de Cotidianas, que comenzaba así:

Hay días en los que ves un negro albino en el metro –un lunes, un jueves…- O te resbalas en un paso de cebra mojado por la lluvia y te pones perdida. O te devuelven cinco euros de más en el bar. O te cruzas por la calle con un famoso. Estas pequeñas hazañas cotidianas rescatan al día del total olvido, de su total uniformidad respecto a otros.

Pacopepe, después de refunfuñar un rato, diciendo que no entendía por qué había tenido que abrir un blog nuevo, dio a regañadientes su aprobación a la idea del cambio de nombre puntualizando que lo hacía sólo porque el nuevo título incluía el del anterior, y proponiendo que pusiera también un link a Cotidianas. Y a ver, no es que tenga que hacerlo porque él lo diga, pero... lo voy a hacer. ¡Todo sea por recuperar un fan! :P

Así que queridos lectores, pronto cambiaremos a la nueva dirección de este, nuestro blog: hazanas-cotidianas.blogspot.com

sábado, 15 de agosto de 2015

Los farolitos del amor

Mi afición por la botánica, por saber los nombres de las plantas (sobre todo las silvestres) me viene indudablemente de mi padre. Uno de los primeros nombres que aprendí fue Capsella bursa pastoris; mi padre lo utilizaba como chow delante de la gente:"Lauri, ¿cómo se llama esta planta?" "Capsella bursa pastoris" -decía yo orgullosa con mi voz de niña.

Hace como tres o cuatro días mis padres vinieron a casa a hacerme una visita. De la nada, mi padre me preguntó: "¿Conoces la planta de los farolitos?" Yo no la había oído en mi vida, pero adiviné: "Sí, ¿una que tiene como farolitos de papel, como en gajos?" "Síii, efectivamente." -asintió sorprendido. Bueno, supongo que era lo más parecido a farolitos que me pude imaginar -habría visto algo así antes- y coló. Como no me podía instruir, pasamos a otro tema.

Esta mañana pasando el polvo he visto unas semillas muy monas que cogí de una planta en Cádiz hace como poco tres años, y que tengo guardadas en un botecito de cristal en espera de ser utilizadas en alguna manualidad. Las semillas son muy cuquis, del tamaño de un guisante pequeño, negras con un corazón blanco. Total, que he pensado, ¿y si las planto? Como ya ni me acordaba de la planta de la que las había cogido, he abierto el portatil y he tecleado en google imágenes "semilla corazón" y ahí han aparecido. Tirando del hilo, resulta que la planta se llama Cardiospermum halicacabum, y su nombre común... farolito. (!)

Otros evocadores nombres por los que se conoce esta planta son; vid de globo, amor en una nube, guisante maravilla, besico de monja...

Por lo visto tiene también propiedades medicinales, como antirreumático, para trastornos digestivos, afecciones respiratorias, para el dolor articular, dolor de espalda, esguince... toda una panacea, vaya.

Así que ¡a la vuelta de las vacaciones las planto! Hasta he encontrado un vídeo de cómo germinarlas! ;)

viernes, 14 de agosto de 2015

Gatitas y bola de hielo

Ya me imaginaba yo que no iba a funcionar tan bien como en el vídeo de internet, pero si no lo haces no lo sabes. 


Así que aprovechando que iba a ser el último día de Lola y Luna en casa (si hay suerte y su familia de acogida mientras estoy de vacaciones se "enamora" de ellas) les hice una bola de hielo, a ver qué pasaba.

Como siempre me gusta aprovechar los materiales que ya tengo en casa, y globos no tenía...


He de decir que los dos primeros se me rompieron; uno en el suelo de camino al congelador, y el otro en el cajón. Pero yo perseveré -o podríamos decir en esta ocasión, preserveré- y a la tercera, y después de 24 horas de espera, conseguí la victoria en forma de bola de hielo.

Lola leyendo su futuro en la bola.


Viendo las fotos a alguien le podría caber alguna duda respecto al interés de las gatitas en la bola... ¿Les gustó tanto como a las del gif de internet? Bueno, os diré que esta última foto es más descriptiva de su opinión.


Aquí hay un pequeño vídeo para sacar a cualquiera de dudas. Lametazos no hubo ni uno:


domingo, 9 de agosto de 2015

Un ejercicio de nostalgia inesperado

Aprovechando la holganza de las vacaciones y mi plena disposición de tiempo, me he animado a pintar la pared del "pasillo" y el techo, que hace ya mucho tiempo tenía en mi lista mental de "to dos". 

Con estas cosas sabes cuándo empiezas pero no cuándo acabas, porque siempre te lías más de lo que tenías previsto;


Por ejemplo, en primer lugar tuve que bajar tooodos los libros de las estanterías,



Y ya al darme cuenta de la de roña que había en los estantes, ¡a descolgarlos para limpiarlos a conciencia, y de paso facilitar la tarea de pintar!...



Las gatuscas encantadas de ver movimiento, explorándolo todo con interés, hasta que el carrito de los libros se colapsó por el peso de tanta sapiencia entre líneas.


Y ya que los libros estaban abajo, decidí pasarles el aspirador para quitarles esa buena pátina de polvo y roña que acumulaban.

Entre las hojas (sobre todo entre los libros de la carrera) encontré muchos "papelitos" que me retrotrajeron a otra época; una planificación de estudio, resúmenes para los exámenes escritos con una letra que ya no es la mía, una nota de Guy felicitándome por haber acabado mis exámes, otra de amorcito y "reconciliación", una foto de un bebé al que estuve cuidando para ahorrar para mi interrail, otra de Ángela y mía del 92 cuando vino a visitarme a Ámsterdam en mi año Erasmus... Fue ciertamente un inesperado ejercicio de nostalgia.


Aprovechando la tesitura me deshice de unos cuantos libros que sé positivamente que no voy a echar de menos: libros de estadística de la carrera, guía del curso 97-98, guía de windows '95... y joyas así que serán de mayor provecho recicladas en papel higiénico, mismamente. 

Deshacerme de cosas suele tener para mí una carga simbólica nada desdeñable que, después de vencer una resistencia reaccionaria dentro de mí, por alguna razón me hace sentirme satisfecha y orgullosa, liberada no sé de qué.

En el murito que hay entre las puertas de la cocina y el baño, escondido detrás de un espejito, había desde hace muuucho tiempo unas marcas de las alturas de algunas personas allegadas; Guy está, así que tiene que hacer al menos once años. Me molaba tenerlas ahí, me recordaba a las marcas con que mi padre seguía el crecimiento de mi hermano y mío en la pared de nuestra habitación... así que mi primer instinto fue conservarlas poniendo una cinta de carrocero para protegerlas al pintar.


Pero luego, una vez retirada la cinta pensé... "Laura, evoluciona. Hazle una foto y pinta sobre ello." Y así lo hice. Otro pequeño ejercicio liberador.

Ahora mi pared está blanca, blanco nieve, tabla rasa. Mola verla.