sábado, 8 de marzo de 2014

La vulva sale del armario

De unos años a esta parte, he venido observado en Internet una cada vez más frecuente presencia de "la vulva" de una manera nueva, diferente. Es como si los órganos sexuales femeninos estuvieran "saliendo del armario", de un encasillamiento en el que vivían -entre el tabú y el objeto sexual- y estuvieran encontrando un nuevo lugar; un lugar en el que la mujer se empodera y la vulva representa orgullo, fuerza, e incluso a veces símbolo de vida.

También el humor hacia la vulva está evolucionando, desde el humor zafio reservado antaño para nuestras partes pudendas, a algo, digamos más respetuoso -quizás porque proviene de mujeres.

A continuación, como homenaje a nuestras partes en el día de la mujer, unas pequeñas muestras de ese nuevo lugar que la vulva va conquistando en el cibercósmos:

Amanda palmer y su Map of Tasmania. Altamente recomendable el vídeo -y oír la letra.

No sé si el creador de esta imagen era un irreverente y un sacrílego o alguien atando cabos.
Hasta los capullos son ahora vulvas.
A alguien le parece que "la cabeza de esta reportera parece una vulva gigante". Me parto

Joyería simbólica

Un poco de activismo feminista: ¡Tus "partes femeninas" son normales!
Hay mujeres que van más allá de la vulva, al fondo del asunto, y se hacen su sistema reproductor entero a ganchillo! :D
Grafiti de Banksy que apunta al rumor de que vuelve el  bushy look ochentero.
Con tanta vulva obsession en internet, yo ya acabo viéndo vulvas hasta donde no las hay. Este es el telón del teatro María Guerrero en Madrid. Al verlo no daba crédito; cuadra todo, hasta la corona! Juanjo se partía de risa oyendo mi enumeración de correspondencias una a una.


 ¡Viva la vulva! 
¡¡Vivaaa!!

jueves, 6 de marzo de 2014

La cola del Cristo

Junto con los almendros en flor y los días primaverales llega también por estas fechas un fenómeno muy curioso que observo año tras año en el camino de mi casa al curro -y viceversa. 

A finales del mes de febrero, en la calle Jesús, empiezan a aparecer sillas pegaditas a la pared y alguna maru ocasional guardándolas. Durante una semana o más cada día se va alargando la cola de sillas (e incluso tumbonas), más o menos ocupadas según la hora. Cuando el tiempo es inclemente se forman allí unos chiringuitos con plásticos, cartones.... y por la noche aparecen mantas, mesitas de picnic para jugar un parchiscito o unas cartas... ¡hasta estufas de butano se bajan de sus casas cuando arrecia el frío!

Quienes ocupan estas sillas en esta suerte de acampada urbana filiforme, son en su inmensa mayoría marus en sus cincuenta, sesenta años y de ahí para arriba. Ocasionalmente algún marido complaciente también se deja caer por allí. Supongo que entre familiares y amigos harán turnos para poder atender sus tareas cotidianas,  pero el año pasado me enteré de que también hay mucha picaresca;  algunas de las personas de los primeros puestos, al llegar el ansiado día, venden su "número" a algún devoto pudiente.

En fin, el primer año que vi aquello flipé tanto que me acerqué a un grupito de marus y les interrogué: ¿Qué hacen ustedes aquí? ¿regalan algo?" Y me contestaron muy alegres ellas, con ganas de alardear de fe o de fan:"Es que el primer viernes de Mayo es el día del Cristo de Medinaceli, y hacemos cola para besar al santo." Pues vaya ironía el dicho aquel de "llegar y besar el santo", dadas las circunstancias. Esto no se lo dije, lo pensé para mis adentros, pobres.


Hoy es víspera del día M, y ya la tienen allí montada a lo grande. A la vuelta del curro he tomado el camino de la calle en cuestión, la calle Fucar, a ver hasta dónde llegaba la cola este año. A lo largo del recorrido los oportunistas habían puesto hasta tenderetes de estampitas, rosarios y demás parafernalia religiosa para tentar a los fieles. Cuando por fin he llegado al final de la cola he tomado nota mental para buscarlo en google maps y verlo en cifras. Helo aquí para todos ustedes:

Medio kilómetro de devoción -ahí es ná.
Pero no me he quedado en eso; al ver semejantes dimensiones he pensado que si la cola del Extremeño de los domingos, de gente hambrienta y ansiosa por comerse una tosta mereció un vídeo, esta desde luego no podía ser menos, así que he vuelto sobre mis propias rodadas encabalgada en mi bici -por eso en el vídeo pasan cosas raras con la cámara- y he obtenido la prueba número dos de tamaño dislate.

Hela aquí en forma de dos minutos y pico de cola en vídeo: