martes, 25 de febrero de 2014

Mibici nueva

Ya está conmigo desde hace una semanita. Ya vuelvo a rodar las calles de Madrid a lomos de Mibici nueva, mi bici tuneada y que casi es otra pero no. Pero es otra. Pero no.

Encuentra las ocho diferencias

Mibici nueva
Mibici antes

martes, 18 de febrero de 2014

La conquista del toro

Este viernes pasado cuando por fin acabé mi jornada y me disponía a improvisar mi finde, recibí una llamada de Jose para invitarme a Sierra Nevada. Por lo visto Juanjo y Raquel habían alquilado un mini apartamento allí para pasar unos días haciendo snow, y les sobraban dos plazas. 

Total, que sin reflexionar ni un ápice di mi "sí quiero", y Jose y yo nos unimos al programa: la idea era hacer una ruta con nieve y crampones que J&R tenían programada para el sábado, y el domingo, cuando ellos se entregaran impúdicamente al snow (aunque al final un viento inclemente se lo impidió, pobres), nosotros nos iríamos de tapeo y turisteo por Graná -como de hecho sucedió.



Todo esto lo cuento de telón de fondo; para poner contexto. Con un programa tan chupi lo que menos se me pasó por la cabeza era que el punto álgido del finde sería el lomo de un toro de Osborne. 

Ya a la ida lo dejó caer Jose cuando vimos el tercer o el cuarto "toro indultado" del recorrido: "Molaría treparse a uno de estos..." No había acabado la frase y yo ya estaba dando palmas (literalmente) y tomándole la palabra entusiasmada: "¡¡Sí, sí, sí!!! ¡¡Yo quieeerooo!!" A mi estas aventuras me encantan.

Cuando al llegar se lo comentamos a Juanjo y Raquel creo que bien no dieron crédito a que acabáramos haciéndolo, bien les pareció una soberana gilipollez. Incluso yo empecé a pensármelo, y para que imperara la sensatez decidí que si al llegar al pie del toro veía la escalada temeraria, abortaría misión. Al comentarlo Jose me dio la razón, pero fue inflexible en una cosa: al menos los cojones había que tocárselos -yo di mi amén.

Total, que me voy directamente al viaje de vuelta, cuando habiendo localizado un toro de fácil acceso y cámara en ristre nos dispusimos a inmortalizar nuestra hazaña. Y como soy de naturaleza ególatra, a continuación cuelgo las fotos que lo atestiguan para que pasen a la posteridad.

Foto pre-trepada en la que se aprecian las proporciones de un toro de Osborne

Primera parte de la misión, accomplished; cojones tocados -y lamidos.

Trepa que te trepa (con un poquito de vértigo a veces)

¡¡Conquistado!!
Cuando ufanos y jactanciosos tras nuestra pequeña hazaña nos subimos de nuevo al coche, nos abofeteó la pregunta; ¡¿Por qué no nos hemos subido a lo más alto, a la testuz?! ¡Seremos panolis y cobardes!

Así que hemos decidido que lo dejamos para la próxima -que la habrá. Y tras la testuz conquistaremos también una botella de Tío Pepe, y un cartel de Quijote y Sancho que vimos más adelante... Ha nacido un nuevo deporte; somos... ¡los billboard hunters! -en inglés, que queda más fetén.

jueves, 13 de febrero de 2014

Las primeras flores

Ayer cuando fui a clase en Ciudad Lineal me fijé con gran atención en el estado de un almendro que otros años ha sido el primero que he visto florecido; tenía muchas ganas de recoger señales de que la vida vuelve, pero aunque las ramas estaban plagadas de capullos reventones, lo máximo que encontré fue uno con un petalo ahí apenas asomado. 


Eso sí; mi jacinto ya está haciendo grandes avances, aunque aún le queda por abrirse.


Así que viendo el estado de las cosas, esta tarde provechando media horita que tenía entre una clase y la visita a Nazaret (mi fisio), me pasé por El Retiro para recoger más "primeras señales", y como todos los años, en una de las entradas de Alfonso XII, estaba este lirio esperándome, el único abierto.


Luego encontré violetas, muuchas violetas -hasta me comí una. Porque se puede.

Luego me pasé por la praderita de los almendros de la entrada de Claudio Moyano, donde había dos almendros florecidos; hasta había algunas flores caídas en el suelo, así que debía de llevar ya tiempo. 

Luego me encontré un césped con margaritas...

Y por último, en la rosaleda... ¡un caracol! Me gustan los caracoles, fueron mis primeras mascotas. Pepito y Pepita se llamaban, y mis padres me dejaban tenerlos en las jardineras de la terraza aunque se les comieran las plantas. Por amor.


Cuando era pequeña era más normal ver caracoles por los jardines los días de lluvia. Yo siempre les cantaba su canción;

Caracol, col, col 
saca tus cuernos al sol 
que tu padre y tu madre ya los sacó.

Que debería ser "sacaron", siempre me quedaba rallada pensando eso. Me he enterado de que la canción tenía una segunda parte que yo desconocía:

Caracol, col, col 
en cada ramita lleva una flor. (??)
¡Que viva la baba, de aquel caracol!

 Desde luego la letra se las trae... pero da igual; ¡que viva la baba! Quizás debería incluir un caracol entre las primeras señales.

domingo, 9 de febrero de 2014

Mi pizarra

Tengo una pizarra nueva. Le reclamé a mi hermano Carlos la pintura de pizarra que le dejé hace casi dos años y que no había llegado a usar y me he hecho una pizarra.

Mira que llevaba ya años barruntando qué hacer en esa pared que me parecía que estaba un poco sosa; había pensado poner un cuadro, luego un estante para dejar las llaves... .y esto no se me ocurrió hasta hace como un par de meses quizás.

Pues si mi hermano me hizo llegar la pintura una tarde, esa misma noche me puse con la primera fase. Y eso que había pensado que la pared necesitaba primero una mano de pintura blanca toda ella, pero soy de naturaleza cagaprisas así que no me podía esperar. Puse cinta de carrocero para delimitar el rectángulo midiendo muy bien con la ayuda de un nivel -hacerlo torcido sería un pecao- y a rellenar; pinta que te pinta,

 pinta con amorr...
...hasta rellenarlo por completo.

Al día siguiente le daría otra capa, y más adelante le haría la repisita esa que llevan debajo las pizarras para dejar las tizas y el borrador, y recoger el polvo que cae al borrar -imprescindible ese toque.

Por la mañana al levantarme y ver ese rectángulo negro tan desangelado decidí pasar de segunda capa y darle vidilla a mi pizarra con un auto-mensaje alusivo: "En proceso de elaboración, por favor, paciencia", y le hice unos adornillos alrededor. Me moló la pizarra mucho desde el principio.


Como siempre intento "como juego" hacerme las cosas estas gratis total, y me faltaban unos listones para hacer la repisita -que en Tableros Aparicio costarán dos euros como mucho, pero hay que jugar- les pregunté a mis padres, que me dijeron que tenían listones a tutiplén, que fuera y mirara con mis propios ojos si encontraba lo que necesitaba. Y así fue; el que hace escuadra y el del borde son suyas, el otro listón lo tenía ya. Los pegué con cola blanca y una vez unido todo, lo barnicé. Luego lo pegué a la pared con silicona transparente que andaba por casa. Gratis total; mission accomplished.

Para rellenarlo, tizas de colores del curro, 


y , un limpia-zapatos de un hotel de borrador.


Esta semana en yoga nos han dicho que teníamos que pensar en un sankalpa (una frase corta y positiva, que se repite mentalmente en yoga Nidra) así que borré la frase que pedía paciencia, que ya no procedía porque la pizarra estaba acabada, dejé los dibujitos, que me daban buen rollo, y puse ahí mi sankalpa. De paso hice alarde de tizas y lo coloreé todo.


Mi intención es cambiar el dibujito de vez en cuando; poner las cosas que tengo que hacer, o dibujos alusivos a la estación en la que estemos, y desde luego si viene alguien y quiere usarla, libre disposición. Creo que me va a molar tenerla.

viernes, 7 de febrero de 2014

La paradoja de elegir

¡Qué desazón! Toda la semana pensando que mi bici era ya azul, aguardando impaciente la llamada de la tienda de bicis que me dijera que ya estaba, que ya podía ir a verla.

Toda la semana mirando bicis, coches y motos azules, pensando: "¿es ese el color de Mibici?" Debatiéndome, "¿Es ese realmente el color que quiero? ¿no me habré precipitado? ¿y el color azul claro metalizado? Tampoco estaba mal... ¿Y si me he obcecado con que fuera pintura metalizada, restringiendo considerablemente el abanico de posibilidades? 

Pero ¿realmente más opciones ayudarían? Hace tiempo vi una TED talk, "The paradox of choice" en la que el psicólogo Barry Schwartz decía que nones, que todo lo contrario:
"Elegir entre demasiadas opciones tiene dos efectos negativos en la gente. Un efecto, paradójicamente, es que produce más parálisis que liberación. Con tantas opciones, a la gente le resulta más difícil tomar la decisión.
El segundo efecto es que aún cuando logremos rebasar la parálisis, acabaremos menos satisfechos con el resultado de la elección de lo que lo hubiéramos estado con menos opciones. Es fácil imaginar que una elección diferente hubiese sido mejor, y esta alternativa imaginada le resta satisfacción a tu decisión, aun cuando esta haya sido buena. Cuantas más opciones existan, más fácil es lamentarlo todo, y que la opción elegida sea decepcionante."
Pues clavaito, clavaito a lo que me ha estado pasando toda esta semana, barruntando sobre mi decisión y sobre cuán acertada o fallida había sido. 

Y hoy llamo a la tienda a ver qué pasa y me dicen que no tienen el color que yo había elegido y que les llegará la semana que viene. Entonces ahora me pregunto... ¿y si cambio de color? Esto podría ser una oportunidad para subsanar el posible error de elección... pero claro, después de elegir de nuevo, indudablemente pasaría por el mismo proceso, maldita sea!


Todo sería mucho más fácil si me dijeran: "Mira chata; tenemos rojo, blanco, negro, verde y azul. Estos." Y aunque solo fuera por descarte, sería fácil estar segura de mi decisión, pero es que ¡teníais que ver el tocho de colores que hay! ¡¡¡Que alguien me ayudeee!!!

lunes, 3 de febrero de 2014

Mibici ya es azul

Esta es mi bici. Es la primera y la única bici que he tenido en toda mi vida. La compré hace 24 años en Calmera, por 57.000 pesetas -aún conservo el recibo.




Bueno, vale, miento un poco. Tuve otra bicicleta el año que viví en Ámsterdam; se llamaba Flower Power -por las margaritas que le pinté. Me duró hasta una semana antes de volverme, que me la mangaron sin más del parking de bicis de la residencia. Me pareció bien, porque la había comprado en el "mercado negro", así que ese fue el mejor final para ella; volver al circuito. 

Flower power, también retratada en la foto de cabecera del blog
Flower power fue apenas una gota en el océano de Mibici, que existió antes y después de ella, y quién sabe cuánto tiempo más será mi compañera. No sabría por dónde empezar para calcular cuántos kilómetros hemos recorrido juntas; han sido muchos, y muy disfrutados.

Pero mi confianza en Mibici estaba flaqueando, lo reconozco, la veía cada vez más viejita y ajada.

Por eso este verano me decidí a comprarme una bici nueva después de mucho, mucho, mucho debatirme. Y después de mucho, mucho buscar me di cuenta de que si lo que buscaba era prácticamente una réplica de Mibici con algunas alteraciones... quizás podría super-tunearla y serle fiel para siempre?

Así que la llevé a pedir presupuesto para pintarla y makearla con un par de cosas más. Mientrás el tipo de la tienda la inspeccionaba por delante y por detrás y alababa su estructura -"Tiene un cuadro muy bueno ..."- y yo me sentía ufana mientras perceptiblemente arqueaba la ceja izquierda, de repente, ¡hachazo!: "Ah, no; esta bici va a morir pronto." - señalando una soldadura detrás, unas líneas finitas de óxido que apenas se apreciaban -"Esta bici muere este invierno, o como mucho te dura un año más." -"¡¡¡NOOOOOOOOOOO...!!!"-grité para mis adentros, mientras el alma se me partía.

Cabizbaja salí con Mibici de la tienda, y cabizbaja salí de cada una de las tiendas de bicis en las que busqué en vano su sustituta. Además sufría pensando en el destino que le depararía a Mibici cuando encontrara otra, ¿dejaría que acabara de corroerla el paso del tiempo, hasta que quedara convertida en un despojo, en un triste coroto? De nuevo, ¡¡¡NOOOOOOOOO!!!, pero esta vez heróico. 

Resumiré en un pispás lo que sucedió a partir de entonces, que esto se está alargando mucho.

-Mientras busca bici nueva, Laura lleva Mibici a otra tienda para que vean posibilidades de soldarla aunque sea cutremente, y dejarla  curada y operativa para salidas al campo.
-Muchacho de tienda, escéptico, escarba con dremel en las supuestas fisuras para comprobar profundidad.
-La profundidad tiende a cero.
-Gran alegría y regocijo para Laura.

Así que según escribo esto, Mibici está totalmente desmontada, y su cuadro, a varios kilómetros del resto de las piezas, es ya azul metalizado. Al regreso del mismo, el muchacho irá montando sobre él algunas piezas de antes y algunas nuevas piezas (otro manillar, otro sillín, otros pedales etc. ) en una suerte de rejuvenecimiento de cuerpo y espíritu; de nueva vida.

Va a ser muuuyyy raaarooo el reencuentro. Espero que me guste el cambio.