sábado, 20 de septiembre de 2014

Costuritas de fin de verano

Con frecuencia me compro ropa de segunda mano en El Rastro o en el mercadillo de los sábados de la plaza. Como las prendas suelen costar uno o dos euros, me la juego sin dudarlo mucho cuando veo algo "con potencial", aunque no esté segura, y así he llegado a comprar cosas muy chulas, y que gasto con mucho gusto.

Pero a veces no atino del todo. Es el caso de esta camiseta; me gustó el dibujo, rollo art nouveau, y del resto no estaba del todo segura, pero me la jugué. Al probarmela en casa ví que el color no me sentaba nada bien, y la hechura tampoco -pero el dibujo me seguía gustando. 
Esta semana, última de mis vacaciones de verano (snif), he estado muy activa. Después de pasar la primera quincena de septiembre como una heremita urbana, disfrutando mi soledad y mi holganza a partes iguales, me ha cambiado el chip el solito, y además de quedar con amigos varios días (uno al día, no me dé algo), me he puesto a hacer muchos de esos arreglos que con frecuencia tengo pendientes en la cabeza; una de esas cosas ha sido la camiseta en cuestión, que he acabado convirtiéndo en una funda de cojín, con su cremallera y todo, que hay nivel.



Y mientras le daba al pedal de la máquina de coser, me puse algo de musiquita en el tocadiscos, para justificar no deshacerme de él (me resisto porque es una reliquia familiar). Empecé con Morrisey, por la "nostalgia por los caídos", supongo, y luego pasé a Black (de quien solo aguanté dos o tres canciones porque el tío es un llorón), Fairground attraction, ... mi selección de vinilos tampoco es muy extensa.

Con su monedita encima del brazo para que no se acelere.


Y he aquí el resultado final de esta aventura costurera; cojín art nouveau, altamente satisfactorio. Además la tela es muy agradable.


Y ya que había sacado la máquina de coser, decidí  tunear otra camiseta. O hacer un injerto de una en otra, o una engañifa... En este caso partía de una camiseta que me encontré en la calle; en mi barrio con mucha frecuencia dejan bolsas de ropa abiertas para que la coja quien guste. Y si yo veo algo de mi agrado, pues mira, el prejuicio ese absurdo que me impediría cojerlo lo perdí hace tiempo y ahora "desbasurizar" es mi motto. Encima la camiseta es de mi año -estaba ahí para mi. El problema es que es un poco demasiado gordita para el verano, y no acabo poniéndomela mucho.


La camiseta rosa palo de mangas de la foto tiene también una historia "de las mías" pero me la ahorro. Y la tela mola, es muy finita y vaporosa, pero es que es muy corta, por encima del ombligo... y no. 


Así que con el cuerpo de una, y las mangas y el faldón de la otra, me he hecho una Sheldon-camiseta, que está mucho más bonita cuando yo estoy dentro. Aunque esos puños... en fin, pensaré que así luce más vintage.

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