miércoles, 10 de septiembre de 2014

Grey, el ruso azul.

Antes de irme de vacaciones dejé a Uri en otra casa de acogida, en espera de que le recogiera su nueva familia el día 19. Y a la vuelta de mis periplos, a primeros de septiembre, llegó Grey, el último de la "operación gatitos verano '14". Hoy se ha ido con su nueva familia.


Grey es un gatito de tres meses muy afortunado, porque nació mezcla con ruso azul, un color que es muy popular y demandado entre los humanos, al parecer. La verdad es que es precioso. Y digo que es afortunado porque su hermanito Tirillas, que es negro, ni siquiera optó a una familia adoptiva; en la asociación ya tenían muchos gatos negros, algunos más chiquititos, y por lo visto es muy difícil colocarlos. Aunque Tirillas en concreto va a estar estupendamente con Laura, que vive en una especie de "venta" en Toledo -mogollón de espacio y otros cuatro congéneres.

Grey es  muy tímido al principio; se esconde debajo del sofá en cuanto hay alguien que no conoce. Aunque conmigo el primer día -ya de noche, eso sí- ya estaba panza arriba pidiendo masaje. 


Le encanta que le soben la tripita, y con el pelito tan suave que tiene, no cuesta mucho satisfacerle. Cuando se cansa del sobe en la panza mete la cabeza debajo de la mano y empuja como diciendo:"fuera de ahí, ahora aquí" -y sigue su ronroneo mientras le rasco la cabecilla, el cuello... Me encanta cómo se estira, tirado en el sofá; los bracitos para arriba y las piernas muy estiradas para abajo; parece un niño!


Como es tan timidillo y tan suave de formas, la convivencia con Flecha ha sido muy pacífica y armónica. La miraba con curiosidad, la seguía en la distancia... pero podíamos compartir sofá los tres sin que la molestara -lo cual no es habitual con los gatitos.


Pero me da pena a veces pensar que el pobre venía de un espacio muy grande, con otros cinco gatos, uno de ellos su hermanito, y seguro que el cambio no fue a mejor para él. A veces maullaba como pidiendo algo, y no paraba hasta que yo le cogía y le sobaba. Quizás en realidad echaba de menos su familia gatuna y donde estaba antes, y el sobe le distraía de eso. 


Para ser un gatito no jugaba mucho; era difícil que jugara un rato seguido, tenía que azuzarle. Le tiraba bolitas de papel, o ratoncitos de juguete, y jugaba un rato pero en seguida paraba. Lo mismo con otros cachivaches con los que otros gatitos se vuelven locos. Le pregunté a Laura y me dijo que en su casa jugaban muchísimo su hermanito Tirillas y él.  


Yo le veía que estaba aburrido, poco activo en general, como melancólico el pobre. Los únicos momentos en los que le veía que él estaba en la gloria más absoluta era cuando le estaba sobando, pero el resto del tiempo para él era todo un poco "meh". Ni siquiera comía muy bien -a lo mejor también extrañaba su comida.


Pero volvamos a lo de que es un gatito afortunado. Por eso de que es azul ruso y Carmen anticipaba que iba a ser muy solicitado, puso de condición para la adopción que hubiera otro gato en la casa, y que tuviera un espacio exterior para salir. Porque Grey lo vale. En una semana ya tenía un adoptante, que entre los tres interesados, era el más idóneo.

Hoy han venido a adoptarle Yaiza y su chico, una pareja jóven maravillosa que ya tiene otro gatito mezcla siamés de un año, Titán. Según sus dueños Titán es un happy de la vida, que hasta se lleva bien con las tortugas. Y tienen un patio grande al que podrá salir.


Ya me han mandado fotos de Grey con Titán; por lo visto el encuentro no podía haber ido mejor y un par de horas después de la presentación estaban los dos felices jugando juntos, corriendo de arriba a abajo. ¡Qué alegría más grande! ¡Eso era lo que le faltaba al pobre Grey! Ahora podrá disfrutar de sus andanzas con su nuevo amiguito gatuno para siempre.

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