domingo, 14 de diciembre de 2014

Spirograph navideño

¿Os acordáis del spirograph? Sí, esos "engranajes" que hacían mandalas sicodélicos... 


Pues los tienen en Tiger, y me he comprado uno por un euro; relación diversión-precio prometedora... y no decepciona.

Creedme cuando os digo que este artefacto tan sencillo puede proporcionar resultados espectaculares desde su primer uso, y dar entretenimiento durante horas -al menos a una mente fácilmente fascinable como la mía. Yo empiezo a seguir el boli con la mirada mientras lo hago rodar, intentando predecir por dónde va a ir y fallando muchas veces, probando las distintas posibilidades según la rueda y hueco que use, combinando colores... y entro en flow en cero coma.

El ying y el yang del tema es que es bastante impredecible qué dibujito va a salir, y aunque supongo que es parte del intríngulis, puede resultar frustrante que cuando te ha salido un mandala fantástico, uno de los resultones, que ni se te ha ido el boli, ni se te ha movido la plantilla ni ná, está niquelao... y decides añadirle otro encima para darle más color e interés... y la cagas. Pero piensas"¡aquí hemos venido a jugar!" y te pones con otro. 

Al final son como cristales de hielo; no hay dos iguales, y siempre hay alguno que es especialmente perfecto, y produce una satisfacción nada desdeñable. Así que imaginad que después de la dedicación y perseverancia que requiere conseguir ejemplares cuasi-perfectos, da un poco de pena no poder hacer nada con esos adorables círculos de filigranas intrincadas; ahí se quedan en el cuaderno. ¿O...? 

Hoy me he puesto manos a la obra para que mis mandalas salieran a lucir su esplendor. Como una imagen vale más que mil palabras, ahí van unas cuantas:



¡Y a decorar mis ramas navideñas!






Qué, ¿os apuntáis al mundo spirograph? ¡98% Satisfaction garanteed!

No hay comentarios:

Publicar un comentario