domingo, 5 de octubre de 2014

Mi gran revelación: soy introvertida

Es sorprendente que a estas alturas acabe de descubrir algo que me ayude tanto a entenderme a mí misma, pero así es: por lo visto soy introvertida.

Sí, para mí es una sorpresa -quizás a medias- y para los demás estoy segura de que también. Creo que si pasara una encuesta a mis amigos, a mi familia, incluso a alumnos, vecinos y demás gente que me conoce, preguntándoles si me consideran introvertida, la inmensa mayoría diría que no. Porque en realidad me desenvuelvo bastante bien en las interacciones sociales; incluso con personas que acabo de conocer puedo dar imagen de “desenvuelta”, simpática, incluso chistosa -no siempre, eso sí.

La semana pasada, por ejemplo, Nacho, el hermano de Quique, me decía que en el tiempo que pasamos en Portugal, le había sorprendido descubrir cómo era yo en realidad; él me tenía por más “ruidosa”, “alocada” -me lo explicó subiendo los brazos en alto y haciendo aspavientos, así que las palabras son mías- y se había encontrado con que cuando estábamos todos juntos (seis adultos y dos niños) yo no solía hablar sino que escuchaba atentamente, con gesto neutral, siguiendo las interacciones de todos. Cuando por fin hablaba siempre decía la frase justa (todo según él). Me calificó de prudente.

Como yo acababa de hacer el gran descubrimiento de mi introversión y esto era claramente un rasgo definitorio, decidí compartirlo con él: “Es que soy introvertida…” iba a explicar un poco en qué consiste realmente la introversión, pero él me interrumpió diciéndome ¡que no!, que no era eso…  y yo dejé de hablar y seguí escuchando lo que él tenía que decir –pelearme por tener la palabra nunca ha sido lo mío.

Nacho estaba cayendo en el error común de relacionar introversión con timidez, o con ser antisocial. Incluso para mí había sido muy difícil hasta ahora entender –y "abrazar"- esa faceta mía; por qué con frecuencia evito las situaciones sociales y disfruto y busco tanto mi tiempo sola. 

Y es que, según he aprendido ahora, la introversión está relacionada el grado de estimulación con el que nos sentimos a gusto; los entornos demasiado activos en los que suceden demasiadas cosas pueden hacer que los introvertidos nos sintamos abrumados y tomemos cierta distancia, refugiándonos en la observación. Pero incluso así, absorbemos tanta información cada segundo, que después de un tiempo en estos contextos sociales necesitamos retirarnos a descansar; estando solos a nuestro rollo recargamos las pilas. 


En el tiempo que he estado investigando este tema en Internet he alucinado en colores; si me hubieran hecho leer una descripción de cómo son (somos) los introvertidos, diciendo que era mi horóscopo, hubiera de repente creído en la astrología, tan exacta como era la descripción aplicada a mí, punto por punto.

Por ejemplo en lo que atañe al teléfono, que es un tema que llegó francamente a preocuparme; leí lo siguiente, y respiré aliviada:

"En ocasiones no coges el teléfono aunque quien llame sea un amigo. El sonido de un teléfono es como si de repente alguien saliera del armario de un salto: ¡¡Buhh!! Si no estás mentalmente preparado para hablar, puedes devolver la llamada tan pronto como te hayas mentalizado y hayas reunido energía suficiente para tener una conversación" Y añado yo que una vez mentalizada puedo tener esa conversación sin problemas -dependiendo de la persona, claro- pero a veces me pilla por sorpresa y me quedo mirando el teléfono mientras suena, intentando decidirme a cogerlo... ¡pero a veces simplemente no puedo! Si en lo que me decido, el teléfono deja de sonar, me siento un poco culpable por no haberle cogido el teléfono a mi amigo, y me pregunto, "si me pudiera ver mi amigo,¿qué pensaría?" Creo que a partir de ahora será un poco distinto.

Por eso mucho mejor que hablar por teléfono, los introvertidos preferimos comunicarnos por escrito: carta, mail, sms, wassap... Escribir nos permite expresarnos con mayor libertad, pensando exactamente lo que queremos decir y cómo decirlo, sin presiones, en la tranquilidad de nuestra soledad. Algunos amigos (Pacopepe y Quique básicamente) me han "regañado" en el pasado por mi costumbre de no afrontar algunas conversaciones complicadas cara a cara y resolverlo con una carta o un mail, así que con el tiempo dejé de hacerlo. ¡Pero se acabó; voy a volver a las andadas sin contemplaciones! ¡Necesito expresarme en mis propios términos introvertidos!


La mayoría de la gente piensa que soy taciturna -pero no lo soy.
Simplemente valoro el silencio
En un mundo que nunca calla.
Debería ir acabando esta entrada -aunque hay aún muchas cosas que se me quedan entre las teclas- y lo voy a hacer con una última característica de los introvertidos: aunque no nos gustan los grupos grandes de personas, somos amigos entregados, empáticos, comprensivos y fieles con nuestros reducido y selecto grupo de amigos íntimos. 

Así que aprovecho para enviar un mensaje a mis amigos extrovertidos (y los no) que me llaman para hacer cosas chachis y diver aunque yo rara vez llame o proponga un plan. Os quiero, os necesito, no os olvidéis de mi! Por favor, no dejéis de llamarme (bueno, mejor wassap o mail) para invitarme a vuestros planes sociales! Aunque esté en casa, disfrutando como una maldita de mi introversión, también necesito que me rescaten de mi solitud. A lo mejor me cuesta salir, pero sabéis que siempre hago el esfuercito, porque sé que merece la pena sacar a pasear ese lado sociable de mí de vez en cuando y compartir el tiempo con vosotros. ¡Muchas gracias por saber entenderme y quererme como soy!

No hay comentarios:

Publicar un comentario