lunes, 4 de enero de 2016

Mao

Este es Mao. Antes se llamaba "Skunk", mofeta en inglés, pero le cambiaron el nombre porque decían que al pobre no le había traído buena suerte. Por lo que me han contado, a su dueña le dio un jamacuco mental y se tuvo que volver a Inglaterra en bastante mal estado, y Mao fue acogido por unas universitarias jovencitas. Cuando se fueron de vacaciones de navidades a sus respectivas casas, entré yo en la ecuación.



Como se puede apreciar Mao es un gatito muy guapo...¡todo un seductor! Con esos ojazos verdes, su naricita rosada... uno de los gatos más guapetones que he tenido, ¡y mi primer gatete blanco y negro, que tenía yo ganas, oye!

Me gusta su manchita con forma de corazón


Le encanta la bañera, ya me lo avisaron las chicas de su anterior casa de acogida. Además se ha acostumbrado (mea culpa) a que cuando se mete en la bañera yo le abro un hilito de agua, y él se queda mirándolo fijamente y luego intenta cogerlo y olerlo, y acaba dándole lametones. Cada vez que me oye meterme en el baño salta de un brinco a la bañera y se queda mirando al grifo, y yo no tengo el corazón de negarle su entretenimiento.



El pobre Mao es muy bueno, pero yo creo que le falta espacio en casa; las chicas dicen que allí se pegaba unas carreras que pa qué, pero aquí le falta sitio, así que se sube por las paredes. Literalmente -yo nunca había visto nada igual. También le encantan las ventanas, así que en cuanto oye que estoy abriendo una aparece de la nada como una exhalación; yo le dejo asomarse bajo mi atenta supervisión, para que se entretenga. Creo que Mao sería feliz si pudiera ser un gato de exteriores; salir a su jardincito, mirar los pájaros como hace desde la encimera de la cocina... incluso intentar cazarlos.



En general es un gatete aventurero pero a la vez muy "well behaved"; un día hasta se me llegó a subir a la nevera, pero no tiró ninguno de los frascos que tengo ahí; todo un ninja.



Hay solo una cosa que me preocupa de Mao, y es un comportamiento de juego un poco brutal. Sobre todo por las mañanas cuando acabo de despertarme pero aún estoy en la cama, o cuando le estoy acariciando y él está tan contento ronroneando... de repente se queda mirando fíjamente mi mano...¡y la ataca como una bestia! Me mordisquea la mano mientras me coge el brazo con sus patas delanteras para que no se le escape, y a veces añade las patas traseras, en ese movimiento que usan para destripar sus presas... Afortunadamente lo tengo ya más o menos controlado; me he informado en internet sobre cómo actuar y cuando detecto los primeros síntomas del ataque cruzo los brazos escondiendo las manos. Ahí estamos, en rehabilitación, pero me da pena pensar que podría ser un obstáculo para que sea adoptado -esperemos que la terapia vaya bien y deje de hacerlo para que pueda encontrar una familia que le quiera, porque se lo merece!

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