¡Mi primera escapadita a La Casa de Campo después del confinamiento! ¡Y mira que le tenía ganas! Aunque después de la salida al pinar de Valdelatas con Luis y los peques, ya se me había quitado un poco el mono de verde... pero verde + bici mola.
Fue un buen rulo; me intenté perder por caminos todo lo que pude hasta que sin querer llegué hasta el Cerro de Garabitas y desde ahí... ¡todo cuesta abajo! Y viendo a los ciclistas subiendo, y subiendo... sudando la gota gorda... y yo bajaaaando como una bala, con el viento en la cara y las gafas anti-bichos, que fui muy lista de cogérmelas.
A la vuelta vi la evolución del Calderón, al que ya le queda un suspiro, a ver si hacen Madrid Río en ese lado también.
Hizo una temperatura perfecta... y a la vuelta había unas nubes preñás que no se atrevieron a descargar hasta el día siguiente.
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