Así sin apenas darme cuenta ha pasado otro año. No sé muy bien cuál es el balance, supongo que al menos no ha habido grandes acontecimientos negativos -que no es poco decir- aunque siento quizás un poco de estancamiento.
Para 2017 deseo acción, energía, ilusión, alegría... Deseo que el próximo 31 de diciembre mire atrás y vea que estos deseos se han cumplido con creces, eso sería bonito.
Hoy me he echado el I Ching y le he preguntado qué me deparará el nuevo año; me ha salido el hexagrama 45 sin mutaciones.
Cuando hay que reunir, ya se trate de hombres o cosas, es necesario tener conciencia de lo espiritual, de la Voluntad Divina. Lo espiritual es trasfondo común de la comunidad humana. Como miembros de la Naturaleza, lo espiritual es el lazo de unión con el Cielo. Debemos atender los presagios recibidos, así lo que hagamos estará de acuerdo a la Voluntad del Cielo.
Vigilar lo imprevisto que pueda surgir en la reunión, en la acumulación. Separar lo que pudiera ser malo, las discusiones, los abusos de fuerza por parte de algunos... Hacer uso de la alegría, del buen humor, para relacionarse con los demás y la cosa será recíproca.
Ofrendar grandes sacrificios... orar, sacrificar... Así el consultante irá concentrando esa fuerza moral e influyente capaz de unificar el mundo, de alcanzar grandes obras, metas..., de actuar para el Bien.
Observar lo que cada uno va recogiendo y se irá comprendiendo su interior; es decir, su forma de ser, su carácter, sus tendencias, sus verdaderas inclinaciones.
El momento promete abundancia floreciente, pero los medios a emplear deben ser proporcionales al fin o meta a alcanzar, evitando la avaricia, las acciones mezquinas. Así pues, adaptarse a las circunstancias, aceptar las cosas como son y actuar sometiéndose a la Voluntad del Cielo,
Lo guardo más que nada como testigo al que quizás volver en un año, me resultan curiosas estas predicciones.
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