¿Del uno al diez, cuánto me molesta que estén hozando entre los envases para reciclar, lamiendo con fruición latas vacías de atún, de su comida... de quién sabe cuándo? -calcula mi mente en una fracción de segundo. "Un siete" -se responde. Vale, pues entonces que sigan. Total, mientras están haciendo eso no están haciendo otra cosa que me pueda importar más.
Así debe de ser como los padres malcrían a sus hijos
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